El kombucha se originó en China, a través de la elaboración tradicional. Luego, se difundió en Japón y se extendió por Rusia y Europa del Este, ganando popularidad en todo el mundo popularidad durante la Segunda Guerra Mundial. Es una bebida obtenida a través de la fermentación de té y azúcar, con un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras.
Asociaciones negativas del consumo de Kombucha
Hiponatremia, acidosis láctica, hepatitis tóxica, hipertermia, ictericia, náuseas y otros síntomas gastrointestinales.
Cantidades que no se consideran daninas
Hasta 118 ml/día, elaborada de forma adecuada y en personas SANAS. (Nummer, 2013)
Entonces, ¿Es contraproducente indicarla a ciertos pacientes?
Sí, principalmente en situaciones de embarazo, con enfermedades renales o pulmonares. También se asocia en pacientes con SIBO.
¿Qué podemos concluir sobre su consumo si en otros se acepta pero se contraindica en otros pacientes?
Es muy sencillo: Todos deseamos productos que mejoren nuestra salud y no se
puede negar, sin embargo debemos tener cuidado de consumirlos en exceso y
creerle a otras personas que NO SEAN TU NUTRICIONISTA. No existen estudios
realizados en HUMANOS que puedan decirnos sus beneficios REALES.
La kombucha contiene una amplia gama de compuestos, como
ácidos orgánicos, polifenoles, vitaminas y otros compuestos bioactivos pueden
modificarse ajustando la matriz del té de partida y el entorno de fermentación.
Se ha demostrado que el té de partida de partida es la fuente de varios
compuestos bioactivos con conocidas propiedades en la salud. Pero tengamos
cuidado con recomendarlos a paciente sin un CRITERIO CLÍNICO. Un profesional
capacitado no te recomendará productos mágicos solo porque parecen tener
efectos positivos.
Es peligroso recomendar productos que no tienen una
evidencia científica, puesto a que se tienden a comercializar como pan caliente
y la población consume en exceso sin entender en realidad sus efectos en la
salud, si puede o no puede. No nos sobrepasemos y tomemos nota: SOLO EN
POBLACIÓN SANA. De lo contrario, no recomendemos dicho producto.
Leamos también: ARTÍCULO 1, ARTÍCULO 2.
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